“El Músico popular necesita una formación académica”
Aprender música desarrolla la concentración, facilita la comprensión en las áreas de lenguaje y matemáticas y nos vuelve más inteligentes. ¿Has probado aprender a tocar un instrumento? Tal vez ahora tengas tu oportunidad.
Patricio Salazar, el reconocido percusionista y académico de la Universidad de Chile, es el responsable de un hermoso proyecto que nació de la necesidad de profesionalizar la música popular en nuestro país. El programa ‘Música Popular en Aula’ vino a llenar un vacío de formación académica que se hizo evidente en los años 80’. Hoy, con el apoyo de la Dirección de la Universidad y del Departamento de Música y Sonología, el sistema crece dándole la oportunidad a gente de todas las edades de ingresar al maravilloso mundo del sonido y su creación. Sobre el origen del proyecto, los requisitos para ingresar, el sistema de clases y las metas del programa, conversó Patricio con MN.
--¿ Cuándo y por qué nace ‘Música Popular en Aula”?
En agosto del año 84, por una necesidad personal. Yo soy de esta casa de estudios, por lo tanto, se que la Chile fue siempre tan conservadora y pensaba en cuándo se iba a abrir, y poder tener la música popular. A mi me llamaba la atención porque de aquí hemos salido los mejores músicos de Chile, en lo que es docto... y mee llamaba la atención por qué no se abrían estos mismos espacios para lo que es la música popular que tiene tantas necesidades…
Porque yo me acuerdo que cuando comencé, si uno era bueno para tocar algún instrumento y chao, y vamos armando grupos, y vamos grabando. Una época bien especial que nosotros vivimos. Te estoy hablando hace 40, 45 años atrás.
--¡No lo creo!
Yo tengo 58. Hace 42 años que grabé mi primer disco con Los primos y toqué con Alan y sus Bates…
--Cuando grababan ‘de una’…
Exactamente. Eran otros tiempos. Había un guitarrista que era famoso, Patricio, y nunca había estudiado nada, tocaba un par de acordes. Así, si te gustaba comenzabas a hacer música en distintos lugares. Eran reuniones de colegio, de amigos y aparecían estos grupos…
Una cosa es la pasión pero el tema cada vez se va profesionalizando más…
Son otros los momentos, ha cambiado todo, ha evolucionado todo. Por lo tanto el músico popular necesita una formación académica tan rigurosa como la tiene el músico docto. Y sobre eso empezar a desarrollar todas sus energías y todas sus habilidades.
Entonces este proyecto, afortunadamente con la nueva dirección, con don Mario Silva, el director del Departamento de Música y Sonología de la Facultad de Arte de la Chile, aceptó esto y empezamos a trabajar. Partimos con 43 alumnos en agosto del 84. Ya llevamos varios semestres de grandes éxitos en lo que es la parte académica. Hay que ir viendo los registros audiovisuales que van quedando y descubres que es notoria la calidad de los chicos. Y eso nos hace ponernos muy contentos y darnos más ánimo, y energía para seguir adelante.
--En cuanto a la metodología. ¿Tiene algo distinto de la metodología que se utiliza con la música docta? ¿Cuáles son las diferencias?
Primero que nada, somos más revoltosos, eso está claro. Somos más independientes, nos gusta más la noche, nos gustan más las luces. Aunque al músico docto también le gusta eso pero está más comprimido porque la música docta viene de 500 años atrás... A todos nos costó porque ella ya es así. Entonces la música popular, entre comillas popular, porque si vamos a analizar fino, Vivaldi hacía música popular, Bach también. Pero eran otros tiempos.
Obviamente hay diferencias pero yo creo que la música es una sola. La notación musical es exactamente igual para la música docta que para la música popular. Lo que va variando son las técnicas. Yo estudié percusión, soy titulado de acá. Estudié 11 años para poder titularme y a mi me tocó la batería. Son diferentes formas, diferente actitud pero al final la notación es la misma.
La formación es una necesidad de mercado en este momento, que tiene que existir y afortunadamente tenemos el apoyo de la dirección y de bastantes académicos que se están dando cuenta que se está haciendo de una forma absolutamente seria, a un alto nivel y mi sueño es llegar a tener la carrera de Música Popular en la Facultad de Arte de la Universidad de Chile. Viendo el trabajo que se está haciendo, tan riguroso y tan serio de parte del staff de profesores que tenemos, va a tener que crearse. Es una necesidad. Hemos creado la necesidad.
--¿Quiénes vienen?
Es muy heterogéneo. Justamente, como no es carrera, podemos darnos el gusto de recibir a chicos de 9 años hasta señores de 60 años. Sobre todo que también está estructurado de tal forma que el chico que estudia en el colegio pueda desarrollarlo el fin de semana. Sábado o Domingo
--¿Cuál es la duración?
Hemos estructurado esto para 8 semestres. Queremos sacar los mejores músicos populares, estoy hablando de todo el espectro de la música popular y que después cada uno vaya tomando el estilo que más le gusta pero que esté informado de todo, que maneje bien su instrumento, la parte armónica y después que ellos determinen qué hacer. Mientras esto sea un programa de extensión, que es lo que somos, está diseñado el plan en 8 semestres. Estamos certificando cada semestre.
--¿Hay alguna exigencia, en los chicos, en cuanto a notas, por ejemplo?
Una de las gracias es que el sistema es bien personalizado. Ellos vienen a informarse y luego tengo una entrevista con ellos y sus padres. Entonces los papás les leen la cartilla.
--¿Cómo se desarrollan las clases?
Creemos mucho en lo que es la formación en grupo. Las clases son personalizadas, no más de 13 alumnos por curso. Se crea una competencia sana. Es cierto que hay algunos más adelantados y otros los siguen. Además formamos ensambles de a tres. Los hacemos tocar primero de a tres, por instrumento, por asignatura. Y además, una vez por mes los bajamos a la Sala Isidora Zegers, los hacemos desarrollar práctica de conjunto y les empezamos a enseñar repertorio. Todo esto con un director delante que les explica la forma como se debe trabajar, como ser un músico profesional. Es lindo, lo pasamos bien. Estas clases son todas públicas. Por tanto esto los ayuda a tener lo que los aviadores (sus horas de vuelo) ellos tienen sus horas de escenario. Son actividades obligatorias.
También tenemos concurso de bandas. Los alumnos se juntan a tocar, escriben sus partituras y el ganador del concurso de bandas es top.
--¿Alguna meta especial?
Este año tenemos bastantes metas que cumplir. Entre ellas, luego de realizar el concurso de bandas, hacer un CD en el estudio de grabación que tenemos.
Otro de los proyectos de este año es formar la Big Band de la Facultad de Arte de Universidad de Chile, donde vamos a juntar a los alumnos de música popular con los músicos del Conservatorio. Esta Big Band estaría relacionada directamente con el tema de darle una cobertura mayor a lo que son nuestros compositores, nuestros arregladores y nuestros músicos. Queremos llegar a exportar algún día la música nuestra, que es tan bonita. Nuestra geografía es tan amplia y tenemos el norte, el sur, lo urbano, Valparaíso que es tan bonito, la zona huasa, la Araucanía. Tenemos mucho que hacer por lo que estamos trabajando con fuerza, en este programa de música popular, para que tomemos amor a nuestras raíces.
Fuente : http://claveamericana.blogspot.cl/2006/04/patricio-salazar-sobre-musica-popular.html